Transformación Personal : No soy la misma… y eso es lo mejor que me ha pasado

Cuando todo se cae, pero tú decides levantarte distinta

No siempre elegimos cambiar desde la calma. A veces la vida te pone contra el piso y te dice: “así como estabas, ya no se puede”.

Y ahí estás tú: con el plan de vida hecho trizas, con preguntas que nadie responde, con heridas abiertas que ni sabías que llevabas cargando. A veces esa transformación que tanto se habla no es algo bonito ni inspirador. A veces es el resultado de tocar fondo.

Pero hay algo que pasa cuando ya no tienes dónde sostenerte: empiezas a sostenerte tú.

Transformarse no es cambiar para agradar, ni evolucionar para encajar en una versión más “aceptable” de ti misma. Es mirar de frente lo que evitabas, asumir tus decisiones, reconocer tus patrones, y tener el coraje de hacer algo distinto. Aunque tiemble todo por dentro.

Transformarse duele. Porque deja al descubierto todo lo que antes callabas, todo lo que toleraste por miedo, todo lo que ya no puedes seguir siendo. Pero también alumbra. Porque empiezas a actuar con más verdad. Porque dejas de vivir para cumplir con expectativas ajenas. Porque dejas de mentirte.

Y sí, duele salir de lo que te era familiar. Pero te aseguro esto: nunca vas a extrañar el lugar donde vivías encogida.

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